La primera vez que Harry toma contaco con la escoba es otra de las grandes escenas.
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- ¡Mirad! -dijo Malfoy, agachándose y recogiendo algo de la hierba-. Es esa cosa estúpida que le mandó la abuela a Longbottom.
La recordadora brillaba al sol cuando la cogió.
- Tras eso aquí, Malfoy -dice Harry con calma. Todos dejaron de hablar para observarlos.
Malfoy sonrió con malignidad.
- Creo que voy a dejarla en algún sitio para que Longbottom la busque... ¿Qué os parece... en la copa de un árbol?
- ¡Traéla aquí! -rugió Harry, pero Malfoy había subido a su escoba y se alejaba. No había mentido, sabía volar. Desde las ramas más altas de un roble lo llamó:
- ¡Ven a buscarla, Potter!
Harry cogió su escoba.
- ¡No! -gritó Hermione Granger-. La señora Hooch dijo que no nos moviéramos. Nos vas a meter en un lío.
Harry no le hizo caso. Le ardían las orejas. Se montó en su escoa, pegó una fuere patada y subió. El aire agitaba su pelo y su túnica, silbando tras él y, en un relámpago de feroz alegría, se dio cuenta de que había descubierto algo que podía hacer sin que se lo enseñaran. Era fácil, era maravilloso. Empujó su escoba un poquito más, para volar más alto y oyó los gritos y gemidos de las chicas que lo miraban desde abajo, y una exclamación admirada de Ron.
[...]
- Aquí no están Crabbe y Goyle para salvarte, Malfoy -exclamó Harry.
Parecía que Malfoy también lo había pensado.
- ¡Atrápala si puedes, entonces! -gritó. Tiró la bola de cristal hacia arriba y bajó a tierra con su escoba.
Harry vio, como si fuera a cámara lenta, que la bola se elevaba en el aire y luego comenzaba a caer. Se inclinó hacia adelante y apuntó el mango de la escoba hacia abajo. Al momento siguiente, estaba ganando velocidad en la caída, persiguiendo a la bola, con el viento silbando en sus orejas mezclándose con los gritos de los que miraban. Extendió la mano y, a unos metros del suelo, la atrapó, justo a tiempo para enderezar su escoba y descender suavemente sobre la hierba, con la Recordadora a salvo.
Su corazón latió más rápido que nunca. La profesora McGonagall corría hacia ellos. Se puso de pie, temblando...
- Nunca... en todos mis años en Hogwarts...
[...]
- Discúlpeme profesor Flitwick, ¿Puedo llevarme a Wood un momento?
"Wood? -pensó Harry aterrado- ¿Wood sería el encargado de aplicar los castigos físicos?"
- Potter éste es Oliver Wood. Wood, te he encontrado un nuevo buscador.
La expresión de intriga de Wood se convirtió en deleite.
- ¿Está segura, profesora?
- Totalmente -dijo la profesora con vigor-. Este chico tiene un talento natural. Nunca vi nada parecido... ¿Esta ha sido tu primera vez con la escoba, Potter?
Harry asintió con la cabeza en silencio. No tenía una explicación para lo que estaba sucediendo, pero le parecía que no lo iban a expulsar y comenzaba a sentirse más seguro.
- Atrapó esa cosa con la mano, después de un vuelo de quince metros -explicó la profesora a Wood-. Ni un rasguño. Charlie Weasley no lo habría hecho mejor.
Wood parecía pensar que todos sus sueños se habían hecho realidad.
- ¿Alguna vez has visto un partido de quidditch, Potter?
- Wood es el capitán del equipo de Gryffindor -aclaró la profesora McGonagall-.
- Y tiene el cuerpo indicado para ser buscador -dijo Wood, paseando alrededor de Harry y observándolo con atención-. Ligero, veloz... Vamos a tener que darle una escoba decente, prefora, una nimbus 2000 o una Cleansweep 7.
- Hablaré con el profesor Dumbledore para ver si podemos suspender la regla del primer año. Los cielos saben que necesitamos un equipo mejor que el del año pasado. Fuimos aplastados por Slytherin en ese último partido. No pude mirar a la cara a Severus Snape en varias semanas...
La profesora McGonagall observó con severidad a Harry, por encima de sus gafas.
- Quiero que te entrenes mucho, Potter, o cambiaré de idea sobre tu castigo.
Luego, súbitamente, sonrió.
- Tu padre hubiera estado orgulloso -dijo-. Era un excelente jugador de quidditch.
Y así es como Harry se convierte en el jugador de quidditch más joven de los últimos cien años. Qué gran escena!!!