El secreto de un millonario

Título: El secreto de un millonario
Autor: Miranda Lee
Tipo: Novela romántica contemporánea
Saga: Maridos ricos #2
Sinopsis:
Segundo de la serie.Kathryn creía conocer muy bien a Hugh Parkinson, su jefe, al que tenía por un tipo encantador y libertino acostumbrado a que las mujeres cayeran rendidas a sus pies y a llevar una vida muy fácil.¡Estaba segura de que, para él, no era más que su eficiente secretaria hasta que un día estuvo a punto de perd er lo más preciado que había en su vida y Hugh la ayudó ofreciéndose a casarse con ella! Pero todo tenía un precio y Hugh quería que ese matrimonio de conveniencia le asegurara que Kathryn iba a seguir siendo su secretaria y su amante…
Comentario:
Mira chica, sinceramente, si todo lo que tienes por decir de tu futuro marido es que te comprometiste con él porque te retó a demostrar que no te sientes atraída por tu jefe, cuando lo haces, es que eres idiota –por no decir algo peor-. Ahora que si encima le pones que el tío es lento, borde, rencoroso y rácano como él solo, siempre te está poniendo pegas y sufre ataques de celos, ¿hola? ¿Por qué sigues con él? ¿Y lo mejor, para qué narices quieres casarte con un tipo así? No lo entiendo.

Venga hombre, un gilipollas que te dice que te aguantaba porque follas bien, ¡cuidadito! Y ahora te acusa de ser una zorra mentirosa, te abofetea y te dice de todo. ¿Pero esto qué mierda es? ¿El hombre que creías amar? ¿Pero tú eres idiota o qué te pasa? Ufff es que estas chicas con estos fantoches que no merecen ser llamados hombres por novios… me sacan de quicio. ¡AMOR PROPIO SEÑORAS!

Es difícil no cogerle cariño a Hugh. Es mucho más que un egoísta niño rico, y apetece conocerlo de verdad y preguntarle quién es realmente y qué quiere de la vida, pero Kat está tan obsesionada con verlo como el niño rico guapo, que no ve más allá. Y él prefiere no decir nada, porque esa es la barrera perfecta para apartar a las mujeres y así no enamorarse de ellas “sólo soy un playboy egoísta nena, no me quieres en tu vida”.

“—A que no voy a poder esperar una semana —contestó Hugh—. No puedo. No puedo más. Me quiero acostar contigo ahora mismo. Por favor no me digas que no.” Pues no, nadie en su sano juicio y con sangre en las venas es capaz de decir no ahí, con semejante hombretón justo después de echar al capullo del otro y ponerse todo protector.

Oh dios, malditos hombres. ¿Pero por qué tenéis que ser tan tercos y decidir lo que supuestamente es mejor para la chica que queréis? Con lo fácil que es decir las cosas, reconocer los sentimientos y buscar un futuro juntos. Qué manía con ser tan maravilloso y tan listo y “darle la oportunidad de ser feliz y cumplir sus sueños, porque conmigo no los tendría”, cuando sabes que en el fondo ella te quiere a ti, qué. Ufff pueden conmigo.

Menos mal que el final está bastante a la altura. Este me ha gustado baaaaastante más que el anterior, es más de mi estilo, aunque haya matrimonio de por medio. Nikki creo que incluso a ti te gustaría ;)