Tirano

Título: Tirano
Autor: Christian Cameron
Tipo: Novela histórica
Sinopsis:
Un valeroso guerrero, con cualidades humanas que le hacen más moderno e interesante, lidera una compañía de mercenarios de diversas procedencias que enriquecen la aventura. Un relato de tensión constante, que revela hábilmente el ámbito mágico y mitológico de la Grecia antigua, con la visión existencialista y de dilemas éti cos propios de la modernidad.Enviado al exilio tras servir a las órdenes de Alejandro de Macedonia, Kineas se ve obligado a marchar a Olbia, ciudad cuyo tirano ofrece dinero a quien pueda entrenar su ejército de élite. Enfrentándose a las profecías de un vidente escita y al mortal amor de una guerrera deslumbrante, Kineas tendrá que batirse, mano a mano con sus hombres, contra la cruel maquinaria de Alejandro en una batalla que podría acarrearle la muerte.
Comentario:
Al ver una saga de la época antigua, con Alejandro de por medio, me lancé a por ella. No he leído nunca a este autor y no sé qué me voy a esperar, pero con que se acerque un mínimo a la maravilla de Manfredi me conformo.

Mientras que en la trilogía de Manfredi, Alejandro es el protagonista, aquí el protagonista es un tal Kineas, una ateniense que ‘traiciona’ a su ciudad para ir a batallar con Alejandro contra los persas. Y cuando acaban la batalla, él le da sus monedas y de manera “simpática” los echa, y él, aunque quiere quedarse, se va, pues sabe que siendo ateniense no tiene mucho que hacer con todos esos macedonios. Da una visión un tanto dura de Alejandro y sus hombres, pero bueno, todo es depende de cómo se mire.

Me encantan los nombres: Ájax, Medea, Satrax, Penélope, Antípatro… qué pena que se hayan perdido tantos, absorbidos entre el santoral y otras culturas más fuertes. Ni siquiera Aquiles, siendo reconocido, es un nombre que se use. Hay tantos nombres bonitos, pero bonitos de verdad, que tienen como melodía por si solos…

“-Hace casi cuatro años, señor. Ha transcurrido una olimpiada entera desde la última vez que fuimos autorizados a celebrar una asamblea”

“La guerra es el peor de los tiranos, una vez desencadenada. Los hombres establecen reglas para obligar al tirano a ceñirse a la ley, tal como usan la asamblea para impedir que un ciudadano demasiado poderoso domine a los demás hombres. Los necios hablan de «ponerse serios» y de hacer una guerra «verdadera». Invariablemente se trata de aficionados y cobardes que nunca han estado en formación con una lanza en la mano. En la falange, donde hueles el aliento de tu enemigo y notas el viento cuando se pee, la guerra siempre es verdadera. Más que verdadera cuando la muerte acecha tras cada paso en falso. Pero cuando al tirano se le da rienda suelta, cuando las ciudades luchan a muerte como hicieron Atenas y Esparta hace cien años, cuando se olvidan todas las reglas y cada hombre sólo busca la destrucción de su enemigo, entonces la razón se da a la fuga y nos convertimos en bestias feroces. Y entonces no hay honor ni victoria.”

Entiendo al personaje y me gusta mucho, pero conforme van pasando las hojas y vas viendo hacia dónde va y con quién va a guerrear, no sabes qué pensar. Como él hubo muchos, pero aun así, yo es que siempre he sido seguidora de Alejandro. Lo encuentro fascinante, como hombre y como ‘rey’ o lo que sea que se autodenominaba. Me parece impresionante su locura por conquistar el mundo, su carácter incansable… y cómo con su caída se desmoronó todo, y nadie fue capaz de seguir con su sueño.

El libro en gran parte es sobre la guerra, pero no sólo hablando de ella, sino describiéndola. Batalla tras batalla, preparación de la estrategia, los caballos, las armas… pero no se hace pesado, no es un libro denso. Hay mucha explicación tras todo eso, pequeñas pullas, humor, y también referencias a la época y a la historia, además claro, de la mitología, a la que recurren los personajes una y otra vez.

“-O puedes llevar una vida virtuosa, de modo que los hombres quieran protegerte, o emularte, o unirse a ti.

Kineas lo meditó un momento y luego dijo:

-Y, sin embargo, matamos a Sócrates.

Filocles se volvió de nuevo hacia él con los ojos chispeantes.

-Sócrates se mató a sí mismo para no renunciar a la virtud. -Hizo un gesto retórico, como un hombre que se dispusiera a hablar ante la asamblea-. La única armadura es la virtud. Y la única excusa para la violencia es la defensa de la virtud, y entonces, si morimos, morimos con virtud.”

Me ha parecido necesario citar este fragmento, cuando se habla de Sócrates, porque es tan claro y tan obvio. ‘Matamos a Sócrates’ ‘Sócrates se mató a sí mismo’. En verdad, lo mataron entre todos, él incluido. Atenas por ser incapaz de reconocer que Sócrates no había hecho nada, por no absolver a una de las mejores mentes de la historia; y él, por pretender que sus conciudadanos lo absolvieran porque sí, sabiendo que se la jugaba, se dejó morir. Eso sí, con su acción consiguió ser historia y dar una lección enorme.

Es un buen libro, salvo que no tiene nada que ver con lo que me esperaba encontrar. Hay mucha guerra y muchas batallas, mucha jerga interesante, muchos acontecimientos históricos, referencias mitológicas y una gran historia humana. Un gran libro.