De esta manera os deseo que entréis felices en el nuevo año, que no os pongáis propósitos imposibles y que sigáis leyendo muchos libros, que es una preciosa forma de viajar, conocer y vivir :) ¡Feliz 2016!
"Me levanto contento ya que hoy es el mejor día de todos: hoy es lunes. Entiendo que para muchos es un día complicado, pero para mí el lunes es el día en que vuelvo a ser protagonista. Después de dos días de olvido, sin compañía ni quehaceres, vuelvo a ser importante y ¡me siento muy feliz! Al menos hoy tendré trabajo y volveré a ver a compañeros, amigos, curiosos y algunos que otros ‘conocidos’ a los que no les tengo mucho aprecio.
Pero, espera, ¡ni siquiera me he presentado! Un descuido enorme e imperdonable, mis disculpas. Soy H, o así me llaman mis amigos y familiares. Soy un Tolkien, una edición de ‘El Hobbit’ de letra pequeña, ligero, y muy épico. Vosotros me conocéis con el nombre de ‘libro’, pero generalmente entre nosotros nos distinguimos por otras muchas cosas. Yo llegué a mi casa hará unos 25 años, fui un regalo para Ana, mi dueña, y tuve la suerte de entrar en una enorme biblioteca cuidada y soleada en la que estamos a la espera de que alguien nos lea. Ahora Marta, la hija de Ana, me ha escogido como su lectura y la entretengo de lunes a viernes en los trayectos de metro entre Avenida Carrilet y Universidad de la línea roja.
El metro es mi lugar favorito del mundo. Marta se sienta y me saca del bolso abriéndome por la página en la que se quedó, y tranquila va repasando línea a línea mis frases, diálogos y descripciones. Yo aprovecho para fijarme, las cosas han cambiado mucho desde que Ana me llevaba con ella en el bus. Ahora hay muchos móviles y menos libros, pero aún quedamos algunos. El otro día vi un volumen muy grande, un tal Ken Follet, parecía simpático, un tanto soberbio pero agradable. Lo que sí que hay en abundancia son esos ‘Greys’ que hablan muy raro, son un poco ¿oscuros? No sé qué decir, no son mi tipo. Y sabéis, ¡encontré a un primo mío! Un Tolkien como yo, un Silmarillion, elocuente, divertido, épico… una maravilla, sin duda, muy majo.
Lo que más me llama la atención son esos… ¿cómo los llamáis? Ah sí, ‘Ebooks’. No me gustan nada. ¿Habéis visto esa delgadez extrema? Siempre me he sentido orgulloso de mi ligereza, pero eso es demasiado, ¡se han pasado con las pastillas de adelgazamiento! Y, lo mejor, ¿y el papel? Son de metal o algo así, no tienen hojas, ni tinta… y ¡brillan! Con esa luz que molesta a los ojos… y son tan chics que ¡tienen batería! Si no los cargas, se apagan y te quedas sin poder leer… ¿dónde se ha visto eso? ¿Qué tipo de servicio le prestan a su dueño si se apagan? ¡Qué vergüenza! Pero… no es sólo eso, es que… ¡no son solo un libro, sino miles! No quiero ser ofensivo, pero la promiscuidad no me parece la mejor manera de vivir, siempre he sido un Tolkien y siempre lo seré, jamás cambiaría mi historia, por favor. Y, ¿habéis visto su precio? Yo he visto hermanos míos que son ilustrados y más grandes, y por supuesto valen un poco más, pero es que esas cosas tecnológicas cuestan una barbaridad! Más de cinco veces el precio de un buen libro… no lo entiendo, ¡gastarse tanto por algo que brilla, se queda sin batería y le ofrece su cuerpo a cualquiera, por favor! No os acabo de entender. ¿De verdad queréis que acabemos siendo eso? Sin duda, como dice mi padre, me he quedado obsoleto, pero sigo disfrutando de las manos que pasan mis hojas, de mi historia, de mis personajes… siempre seré un Tolkien dispuesto a hacerte sonreír. Quizá algún día me conozcas en alguna biblioteca, y estaré encantado de contarte mi historia. "