Título: Félix de Lusitania
Autor: Jesus Sánchez Adalid
Tipo: Novela histórica
Sinopsis:
En el año 248, Roma se prepara para celebrar en gran esplendor milenario de su fundación, tras haber conseguido establecer la paz con los persas de Oriente merced a la hábil gestión de los embajadores imperiales. Uno de estos emisarios es Félix de Lusitania, que regresa de su misión en Tesifonte después de haber arrostrado todo tipo de peligros. La inquietud vital de Féliz le lleva a ser protagonista en un momento crucial de la historia: el declive del Imperio Romano.
Valoración: 6
Comentario:
Me pasó exactamente con éste lo que me ocurrió con la primera parte, sólo que éste es 3 veces más largo. Terminé el libro pensando que más que una historia o una novela era una especie de resumen en primera persona de la época romana y las relaciones con los cristianos. Es como historia viva con un toque de novela, pero de un modo demasiado lento y regular... que no atrae.
La historia de Felix, el prota, es como muy sosa. Sí, vale, vuelve a Roma tras su juventud en la guerra y en Palestina y todo eso, y entonces va a las guerras en el Danubio, entra en la nueva parte del ejército, esta dentro del complot con el que eligen al nuevo emperador, se va a Cartago... sí, tiene historia, pero no de un modo en que te interese. No sé, se me hacía pesada cada página. Era como un compendio de datos y descripciones de ropas, ejércitos, maquillajes, ceremonias... no es el tipo de libro que relees o que recomiendas, la verdad. Es más bien un resumen histórico con un toque personal para que sea menos pesado.
Además, siento decir que se nota muuuuuucho de que pie cojea el autor -es sacerdote-, porque madre mía, las discusiones y pensamientos que abarca todo el libro sobre la religión, y especialmente la cristiana no tiene desperdicio. Es exagerado lo "pesado" que llega a ser cuando te explica las verdades de las creencias, y de Dios, y lo que unos se quejan, y como se rebaten, y lo que piensan... ufff no me ha gustado nada toda esa parte porque además me ponía de los nervios.
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