Dr. Jekyll y Mr. Hyde

Título: Dr. Jekyll y Mr. Hyde
Autor: Robert Louis Stevenson
Tipo: Clásicos
Valoración: 7
Comentario:
Este también fue uno de esos libros que nos hicieron leer durante la etapa de Secundaria. Creo que si no, nunca habría llegado a mis manos. No digo que sea malo, ni mucho menos, pero no entra para nada en el tipo de literatura que leo habitualmente o en un libro en el que yo me fijaría de primeras.
Ahora he aprovechado el reto de los clásicos para darle una relectura, y me alegro de haberlo hecho :)

La historia la conocéis todos, es una metáfora bastante bien lograda de los dos polos opuestos que habitan en el ser humano. Por una parte la persona correcta, tranquila, educada, inteligente y totalmente fiel a las normas, compromisos y palabras. Y por otro lado, nuestro lado intransigente, oscuro, malicioso, rebelde e incluso sociópata con ansias de mucho más que reconocimiento o fama, sino incluso sed de sangre... es esa especie de veneno negro que nos corroe y tiene interés por hacer sufrir al otro, por dañar en lo más hondo -es el Tánatos de Freud, el deseo de muerte, de hacer daño-. Siguiendo con Freud, Mr Hyde también sería esa parte irracionalmente sexual que a veces nos embriaga que quiere placer a toda costa con las perversiones más bajas y sucias, que en plenas facultades jamás llevaríamos a cabo -un ser que se deja llevar por el Eros de Freud-. En este caso, además, mientras que la cara positiva es un gentleman en todos sus sentidos, guapo, apuesto, bien vestido... Hyde es un monstruo incluso físicamente, lo que acentúa esa parte brutal y monstruosa de la segunda imagen de nosotros mismos.


Esto es literatura, obviamente, e incluso los bipolares no tienen unos efectos tan exagerados en las personalidades, pero es interesante ver cómo el hombre en general alberga ambas personalidades en sí, y es precisamente eso lo que nos hace humanos. El ser o no una buena persona, es precisamente el controlar ambas partes y saber medirlas en cada momento. No es mejor alguien que nunca tiene lado negativo, sino aquel que sólo saca su lado negro cuando es necesario, cuando realmente debe sacarlo. Es, a mi parecer, ridículo decir que siempre debemos ser perfectos y educados, porque en momentos de nuestra vida tenemos que sacar ese lado Hyde y demostrar nuestro lado oscuro. Hay que defenderse e incluso dañar a los demás, porque sino el dañado siempre serás tu mismo y acabarás por consumirte en tu propia bondad.

El ser humano de por sí no creo que sea malo, siempre tengo esta discusión con mi madre. Considero -ya que soy una obsesionada con Mentes Criminales y otros artículos relcionados- que los humanos nacemos buenos, sin un mal interno específico. Nacemos con capacidad para hacer el mal, pero no malos en esencia, lo que ocurre es que una parte de la sociedad nace con ciertas taras en su personalidad, carácter o conciencia que deberíamos contener y que en muchas ocasiones no se hace. La mayoría de psicópatas, violadores o asesinos tienen ciertas deficiencias mentales o problemas psicológicos muy graves -como abusos y malos tratos-, que agravados en muchos casos con situaciones extremas y productos que alteran la conciencia -como las drogas y el alcohol- acaban propiciando algunas de las peores consecuencias que puede llevar a cabo el ser humano.

Pero bueno, volviendo al libro, vale la pena leerlo. Alguna vez me armaré de valor y lo leeré en inglés para ver las gracias del original, pero de momento en castellano ya me pareció interesante. La dualidad del ser siempre ha sido algo que me ha apasionado, y el tener una cara oscura -como la luna, es uno de los temas en los que más me gusta profundizar intentando conocerme a mí misma.

Que no hagamos actos de maldad no significa que no podamos o que no queramos hacerlos, sino que por encima de todo ello, somos conscientes de que no debemos.