Título: Rogue Rider
Autor: Larissa Ione
Tipo: Novela romántica erótica paranormal
Saga: Demoníaca #9 Jinetes del apocalipsis #4
Sinopsis:
Jillian Cardiff viajó hasta ese remoto pueblo entre las montañas para olvidar el ataque demoníaco que sufrió y que casi termino con su vida. Pero en vez de eso lo que consiguió fue rescatar —y enamorarse— de un espectacular extraño que no recuerda absolutamente nada de su pasado, excepto su nombre. Atractivo, encantador y protector, Reseph parece ser el tipo de hombre en el Jillian puede confiar. Pero los retazos de su pasado que van y vienen también apuntan a que puede ser alguien muy peligroso.
Puede que Reseph no sepa nada de su pasado, o por qué ha aparecido en la vida de Jillian como caído del cielo, pero sí que tiene claro que quiere quedarse. Entonces los vecinos de Jillian son asesinados y los cazadores de demonios entran en escena. Reseph empieza a temerse que sea él mismo el que esté poniendo en peligro a Jillian. Y cuando ambos descubren que Reseph también es Peste, el jinete que está sembrando el mundo de muerte y destrucción, tendrán que enfrentarse al mayor desafío de todos: ¿podrán superar los horrores de un escalofriante pasado y luchar por salvar el mundo y conseguir el futuro que tanto anhelan?
Comentario:
Lo reconozco, Reseph es un personaje que me gustaba. Lo poco que salía de él por lo que contaban sus hermanos me parecía una buena persona, por lo que no quería que lo mataran y ya, quería una oportunidad para él.
Y como no, un libro en el que se contara todo… porque merecía más que un demonio se apoderara de su alma y desatara el Apocalipsis mientras él sufría ahí dentro, luchando por no hacerle daño a sus hermanos y sin poder hacer nada, consciente de todo ese dolor que creaba.
Con éste libro me ha pasado como con el anterior,
he terminado llorando como una condenada y sí, sintiéndolo mucho, Reseph se ha convertido en mi jinete favorito. Than me gusta, pero Reseph tiene un aura un tanto única, que no sé, de chico malo que te vuelve loca. Y bueno, quién se resiste a algo así, no lo puedo remediar.
Me suelen gustar los grandotes con problemas, ya sabéis… mi hermano preferido es Rhage, y si te paras a pensar Rhage y éste tienen bastante en común. Ambos usan el sexo para desfogarse, pero no les llena, ambos huyen del compromiso y dentro suyo tienen una bestia que puede matar a sus hermanos y destruir todo lo que ama.
“Hacía frío. Un frío de cojones.
Abrió los ojos, pero no vio... nada. Gimiendo, se movió, porque parecía estar boca abajo. Sí... su cara estaba plantada en el suelo, de acuerdo. ¿Pero dónde estaba? Todo lo que podía ver era nieve. No, eso no era verdad; podía ver árboles cargados de nieve. Y bancos de nieve cargados con nieve. Y nieve cubierta por más jodida nieve.
Así que estaba en un bosque... con nieve. ¿Pero dónde? ¿Por qué?
¿Y quién coño era él?
Reseph.”
Reseph tiene la suerte, gracias a su padre –
ya os enteraréis de quién es si lo leéis- de volver al mundo y tener una segunda oportunidad.
Aparece en algún lugar del norte de Estados Unidos y se vincula a una humana que ha vivido un infierno por culpa de demonios, y que ahora está sola, escondida del mundo en su cabaña con frío y su perro y su caballo. Aquí él tiene que romper todas sus defensas y dejar que ella lo ayude en las suyas, incluso sabiendo ambos que posiblemente dolerá como el infierno y que será duro y difícil.
El libro es bastante duro en cuanto a lo que la pareja principal tiene que pasar, pero era lógico después de todo lo que Peste había hecho en los libros anteriores, aunque realmente no fuera culpa de Reseph. A partir de ahí, si además le juntas el apocalipsis, los demonios, la Égida haciendo el subnormal y las tonterías del amor, que siempre nos complicamos la vida, pues se junta el hambre con las ganas de comer.
“Sé que acordamos no involucrarnos emocionalmente, pero no puedo evitarlo; me estoy enamorando de ti, Jillian. Me asusta como la mierda, porque se siente tan condenadamente nuevo. −Mientras ella lo miraba en aturdido silencio, él levantó la mirada a las vigas del techo−. Es extraño, porque algunas cosas se sienten familiares, como el sexo y usar un ordenador. Y matar este demonio. Es como cuando ves una película y hay un actor que reconoces pero no puedes ubicar. Sabes que lo has visto antes, pero no puedes recordar donde. −Volvió su mirada a ella, sus ojos brillando con intensidad−. Pero lo que siento por ti es tan diferente. Es como si nunca hubiera visto al actor antes. Diablos, ni siquiera he visto la condenada película.”
Es preciosa toda la parte romántica del libro, de las mejores que he leído. Realmente rompe mucho que alguien como Reseph se comporte así, y sí, me recordó a Rhage. En mil cosas.
Aunque aquí es mucho peor, ya que en sus hombros hay tanto mal y tanto dolor que dejar eso atrás no será fácil para ninguno. Pero Jillian no tiene la culpa de nada, y dejarla al margen lo único que hará será destrozarlos a los dos, y no lo merecen.
El final está a la altura, como el resto del libro. Me ha encantado, de principio a fin.