Ojos de hielo

Título: Ojos de hielo
Autor: Carolina Solé
Tipo: Novela negra
Sinopsis:
La acción se desarrolla en La Cerdanya. El cuerpo de Jaime Bernat aparece en una de sus eras. Jaime era el terrateniente más poderoso de la comarca y alguien lo ha asesinado. Las sospechas recaen inmediatamente en Dana Prats, la veterinaria del lugar y propietaria de unas tierras que los Bernat vienen ambicionando desde hace años. 
Kate Salas, amiga de Dana y nieta del antiguo comisario de policía del valle vuelve al valle para ayudar a su amiga. Salió de allí con la idea de no volver por lo mal que se lleva con su abuelo y ha conseguido hacerse un hueco como abogada, recientemente habiendo sido nombrada socia en el bufete de abogados en el que trabaja, uno de los más importantes de Barcelona. En la Cerdanya Kate se reencontrará con todos sus fantasmas del pasado y cada vez se verá más y más involucrada en los asuntos de Dana, de su familia y del valle entero; asuntos que hunden sus raíces en el pasado y que esconden oscuros secretos.
Comentario:
Nada más empezar el libro me ha recordado mucho al de Dolores Redondo, del Baztán, y he empezado a dudar si me gustaría. No es muy mi estilo. Además, hay cosas que no soporto, como que hagan libros ambientados en España y le pongan nombres tipo “Kate” a las protagonistas, que es algo SUPER USUAL en Cataluña eso de que las niñas se llamen Kate. En serio, es algo que no me gusta nada: si quieren ser realistas, joder, tampoco es tan difícil ponerle a la gente nombres del sitio, como hace Montalbán, Lorenzo Silva o cualquier otro, que a ver porque la chica se llame Ana o Núria no va a ser menos buena.

Estoy de acuerdo que con los capítulos cortos se ayuda a la lectura, igual que los párrafos no demasiado largos, ni densos, y los diálogos. Pero de ahí, a que haya capítulos de dos o tres páginas, de forma recurrente, que tranquilamente podrían seguir en el siguiente porque están enlazados, pues como que no. Digamos que hay cosas que están justificadas en sí mismas, y otras que casi parece que se hagan porque sí, sin mucho miramiento.

Cuanto más leo el libro más me recuerda al de Dolores Redondo, pero además en versión peor. Porque aquello es una trilogía, y como que cada libro al menos tiene un hilo argumental de caso criminal diferente, y un algo, pero los personajes también me sacaban de quicio. Pero es que aquí, con esas pedazo de 700 hojas que no se acaban nunca. Kate, la protagonista, no es creíble, no me ha gustado nada, y su familia y las relaciones que crea el libro, pues casi que tampoco… además al final, ¿Qué queda de novela negra? Parece algo anecdótico, porque casi parece más un libro familiar de detalles y relaciones, que no de crímenes, y eso me revienta.

**CUIDADO SPOILERS** FINAL: Cuidadito con el anagrama de Manel Bernat – Leman Tabern, le vamos a dar un aplauso y todo para lo bien que lo ha hecho. Debería saber la mujer que normalmente estos juegos se hacen intercambiando todas las letras, no las palabras por separado, que hace que sea muchísimo más obvio. Y sinceramente, en el libro dejan a la policía TODO el maldito rato como unos ineptos subnormales que no tienen ni idea, y además, a la comisaria como una hija de perra que le importa un pimiento encerrar a un inocente. Así que tiene que venir la barcelonina abogada a resolver el caso porque los demás no tienen ni idea, utilizando métodos ilegales, fiándose de cosas y yendo en plan estadounidense, hablando de temas que no tiene ni idea de lo que está diciendo. Y aunque salga Cornellá, que es mi ciudad y la adoro, no se salva de ser un mal libro. ¡Qué coñazo! 

*Ni te acerques... ni al pollito, ni al libro.

Esta reseña participa en la iniciativa:

Requisito a cumplir: La acción transcurre en un ambiente rural