Tirano II: Tormenta de flechas

Título: Tirano II: Tormenta de flechas
Autor: Christian Cameron
Tipo: Novela histórica
Sinopsis:
Kineas de Atenas ha recorrido un duro y sangriento camino desde que comandó la campaña de Alejandro Magno contra los persas. Ahora tiene ocasión de dejar la guerra y escapar de su destino como mercenario. Srayanka, la princesa guerrera escita, está embarazada de él, y una vida nueva le aguarda. Pero Alejandro sigue empeñado en la conquista del mundo, y sus ejércitos en Afganistán están listos para aniquilar a los escitas orientales si no se someten. Srayanka debe luchar junto con su pueblo contra Alejandro, y Kineas decide seguirla y enfrentarse al que fuera su compañero.
Comentario:
Lo siento, pero que aquí Alejandro sea el malo, o el enmigo a batir pues como que no me gusta demasiado. Yo adoro a Alejandro, y verlo desde ese punto de vista, tan soberbio, tan medio loco, pues no me termina de convencer. No digo que no lo fuera, y para los conquistados seguro que fue un capullo, pero para mí siempre ha sido una figura histórica increíble, y le tengo mucho cariño… ya sé que es absurdo, pero es la verdad. Y me da mucha pena verlo así, es como que es una deshonra.

Me deja bastante sorprendida la facilidad de lectura de éste libro, teniendo en cuenta de lo que trata y lo que quiere contar, pero es una realidad: se lee solo. Cuando te das cuenta ya has pasado 100 páginas y ni siquiera lo has notado. Eso no hace, en cambio, que no me posicione a favor de Alejandro y que no termine de entender porque un griego y sus amigos griegos, quieren ir al este a combatir a Alejandro. Por muy macedonio que fuese, seguía siendo griego, y además, tenía un ejército mucho mayor.

“—¿No te impresiona Alejandro? —preguntó Banugul.

—Estuve a su servicio durante unos años —contestó Kineas—. Es el mejor general que he conocido jamás; sin embargo, se comporta como un hombre testarudo capaz de cometer errores y maldades.

—Me replicas como un filósofo —repuso Banugul—. Y, como buen sofista, no has contestado a mi pregunta.

—Sí —respondió Kineas—. Me impresionó. —Hizo una pausa y pensó «¿Por qué no?»—. Lo amé —dijo.”

Parece mentira como Kineas es capaz de decir eso, pero a la vez pensar y hacer lo que hace, aunque queda completamente coherente dentro de la novela, para mí sigue siendo difícil. Además, más de una vez Alejandro queda retratado como un auténtico idiota, flipado y loco que no tiene ni idea de nada, y que se pierde él sólo en sus delirios. Mientras que, obviamente, el protagonista y sus amigos son mucho más coherentes, lógicos, y además luchan por su tierra y por combatir a un tirano que quiere sus tierras. Parece mentira como cambia la historia dependiendo del lugar en qué te encuentres.

Me encanta la de referencias, pullas y notas sobre dioses, hechos históricos y filosofía o literatura que hay en el libro. La de veces que se conjuran a los dioses griegos, cuando se habla de Medea o de Aquiles, siempre se nombra a la Ilíada o a Herodoto… es apasionante ir descubriendo estas pequeñas cuñas que hacen que todo tenga todavía un puntito más de gracia, y que resulte más ameno si cabe.

“—Todos lo amamos y lo odiamos. Es mitad dios y mitad monstruo. —Levantó la cabeza—. Igual que tantos otros hombres, me gustaría volver a casa. Me gustaría dejar de jugar al interminable juego de la traición y la política y la búsqueda de poder y el dominio sobre el ejército. Me gustaría construir algo. Algo real.”

Es una concepción de Alejandro bastante real, pero sigue siendo dolorosa y cruel. Siempre ha dependido mucho de quién contaba las cosas, y de quién las escucha. En este libro casi odias a Alejandro, seguramente si yo no lo adorara, sería de las que lo vería como algo horrible y adoraría a Kineas y a los hombres del norte de Persia, pero no puedo. Para mí es superior a mis fuerzas, y aunque entiendo por qué luchan y sus mundos, también entiendo a Alejandro. Es una novela que te deja interesado y con ganas de más. Veamos que nos cuenta la siguiente.