Autor: Tomás Moro
Tipo: Clásico
Sinopsis:
Bien es sabido que Tomás Moro (1478-1535) no inventó la utopía como género literario, pero es innegable que su Utopía le ha dado el nombre. Tampoco se puede negar que, exista o no convergencia con sus planteamientos, la propuesta de Moro innovó significativamente la literatura política. Utopía es una crítica al orden social establecido en la Europa de la época, pero el sistema político que propone y describe minuciosamente en sus páginas es también una alternativa al mismo, de tal forma que, como señala Savater, la contradicción de la obra, y la nuestra propia, al considerar lo que en realidad es un ejercicio literario de denuncia moral como un programa político que, revolucionario en sí mismo, no admite la revolución ni la disidencia. El hecho de que Moro obvie en sus planteamientos el reconocimiento de la libertad humana confiere a Utopía la irracionalidad de la que huye, la imprevisibilidad que le niega el autor. Porque más allá de la utopía colectivista siempre está el ideal de la persona libre.
Comentario: 9
Utopía
Si hay un libro que he tenido en la cabeza desde enana, es
éste. Aunque rompa todos los esquemas de lectora compulsiva que tengo, y
explote la burbuja de “semi-intelectualidad” que tengo y que me ha hecho adorar
a los clásicos griegos o a Shakespeare, debo reconocer que aquí mi amor es
mucho más… mundano. Igual algunos ya lo habéis adivinado, otros muchos estaréis
pensando qué narices estoy diciendo. Para mí, ‘Utopía’ de Tomás Moro representa
algo así como el amor y la creencia en los cuentos. ¿Por qué? Porque este libro
aparece en una de mis películas favoritas de toda mi vida, hasta el punto en
que me sé más de la mitad de los diálogos de la misma. Mi querida… Por siempre
jamás, de Drew Barrymore. Es una especie de historia sobre La Cenicienta, y en
ella la protagonista lee este libro y el príncipe de Francia –nuestro querido
Enrique- se lo cita y hablan algunas veces de él. Para, Danielle, este libro es
muy especial porque fue el último que le regaló su padre antes de morir. Y para
mí, es especial, porque es el libro de una de las películas de mi vida.
Nada más empezar a leer este libro, me ha recordado a los
diálogos de Platón. Es manera de ir narrando entre conversaciones, respuestas y
preguntas, además de comentarios. “En esto obráis como los malos maestros, que prefieren azotarlos en
vez de instruirlos”. Hay tantas citas que cogería de este libro, que me faltan
folios para escribirlas. No es que sea sabio o increíble, porque en verdad dice
lo que muchos pensamos, pero es el momento histórico en que es capaz de
escribir estas palabras y el modo en que las escribe. “La paz merece que le
prestemos tanta atención como a la guerra”. Gran frase, pero muy obvia… una
pena que muchos aún no la hayan entendido. “…aquellos que repiten en vez de
responder y deben a su buena memoria buena parte de sus alabanzas”. Toda esa
gente que es incapaz de argumentar por sí mismos, pues lo único que hacen es
repetir y repetir lo que oyen o leen dependiendo del momento. Aún hay
demasiados, y por desgracia en lugares mucho más visibles de lo que creemos.
“Los que pretendan que la miseria del pueblo es una
protección para el Estado, cometen un gran error, ya que ¿dónde abundan más las
rencillas sino entre los mendigos?” Creo que esa frase resume muy bien el
contenido de Utopía, al igual que la siguiente, que me encantó, siendo una de
mis preferidas: “Obrando como decís sólo una cosa puede acaecerme: que al
dedicarme a cuidar la locura de los demás, me vuelva loco como ellos”. En este
momento, cuando explica qué poco útil sería que el entrara en la corte porque
nadie le haría caso… esta analogía es perfecta. Viviendo entre personas que
piensan tan contrario a ti, e intentando hacerles cambiar de opinión a base de
razonar, al final, es muy probable que tú mismo pierdas la razón. A veces me
siento un poco así, aunque quizá yo sea la loca entre los cuerdos y no al
contrario.
Segunda parte
Esta segunda parte es exactamente cómo imaginaba este libro.
Una descripción extensa y por partes de Utopía, sus gentes, ciudades y
costumbres; aunque no es más que una especie de tratado filosófico y social
sobre como deberían ser los países, los gobernantes y los hombres, además
–claro está- de las leyes y las reglas de los mismos para que se viviera en paz
y de la mejor manera. Precisamente por ello la isla se llama Utopía, porque
creo que de cualquier manera, conociendo el espíritu humano, la creación de un
territorio así sería completamente irreal e imposible. Por más que lo hagas
todo bien, el género humano siempre tiende a sacar lo peor de sí mismo,
haciendo a su vez que otros saquen lo mejor de sí mismos –por suerte-.
Cuando lees ya unas pocas páginas más, te das cuenta de que
la vida en Utopía dista bastante también de ser perfecta. ¿Qué entendemos por
perfección? Si la entendemos como el cumplimiento de los deberes, alejados de
los “pecados” y con una moralidad intachable sí, pero para mí la perfección o
el ideal se acercarían más a la felicidad, a la alegría. Es imposible cultivar
esta sin cultivar el ocio, las risas, cierto toque de gamberrismo sin mala
intención, lujuria, juegos y otras muchas cosas de las que según Moro, Utopía
carece. Digamos que se acercaría bastante al modo de vida de los elfos de
Tolkien, pero como muy bien dice el escritor, ellos terminan pareciendo árboles
o plantas, perfectos, pero muertos en vida.
Me parece muy racional el modo de explicar porqué la jornada
laboral utópica es sólo de 6 horas, y cómo la justifica ejemplificando la gran
mayoría de nobles, ricos y cleros que hay en Inglaterra en esa época y que no trabajan,
ni ayudan al Estado. De esa manera, si toda la ciudadanía invierte 6 horas en
cualquier trabajo que ayude al pueblo, se consigue que sean más que
suficientes.
Eso sí, se nota muchísimo la época del libro cuando explica
como “colonizar” nuevas tierras, y cómo los colonos tienen derecho a imponer
sus leyes e incluso guerrear si los indígenas se niegan a colaborar. Parece
mentira como Moro se salta casi sus propias palabras, pero hay que entender el
momento histórico en que está pensando este ‘tratado’. Eso sí, el modo de viaje
de los utópicos y las relaciones entre pueblos, cuando explica como unos ayudan
a otros y se “cambian” los excedentes de una parte, por los de la ciudad
vecina, la verdad es que dan mucha imagen de lo bien que podría ir si no viviéramos
en una sociedad capitalista y consumista, pero oye, ‘esto es una utopía’. Y me
parece muy interesante como se mofan del uso de algo tan poco valioso como el
oro o las perlas, y como no dan importancia a cosas superficiales como la ropa
o las riquezas materiales que conocemos.
“Entre los placeres del cuerpo, otorgan la primacía a la
salud”. Me parece interesante que le den importancia real a la salud, ni culto
al cuerpo, ni poco interés en él, lo que no me cuadra y no estoy de acuerdo es
que consideren la salud como un placer. No habla claramente del sexo, sólo deja
caer que cultivar la belleza, la agilidad y la fuerza está bien; al igual que
ser “agradable a la vista”, oler bien o tener una voz dulce, pero no dice nada
más. Siguiendo con el tratado entiendo que el placer carnal es parte de la vida
utópica, pero en medida que es esto natural, y también como paso para concebir
–del mismo modo en que lo hace la religión católica, pero sin ser tan brusco ni
contrario a él-. Bien, aquí sale el sexo “Si antes del matrimonio, un joven y
una muchacha tienen trato carnal furtivamente, son severamente amonestados y
les es prohibido el matrimonio para siempre […] más el padre y madre quedan
deshonrados por no haberlos vigilado suficientemente” creo que esto lo explica
todo, UNA PENA por amor de dios x) Y considero del todo bestia, que obliguen a
los “novios” a desnudarse públicamente para que se vea si tienen algún defecto
que se ocupa bajo sus ropas antes de casarse. Se jactan de no ser
superficiales, pero hacen eso como si fueran mercancía… maravilloso, y hay que
ser virgen hasta el matrimonio, porque no hay que caer en el vicio.. ¿pero no
había que probar la mercancía antes de usarla para prevenir las sorpresas?
Es interesante el capítulo de la guerra, pero sigo sin verlo
factible. Al igual que el capítulo sobre religión, palabras serias y realistas,
pero que pocas veces pueden verse en la sociedad. Siempre ha habido problemas
tanto con la guerra, como con la religión, y es muy difícil que más de una
conviva sin problemas, excepto si el pueblo tiene gran cultura y la religión
sólo es un mero esparcimiento –cosa que aún no hemos logrado que suceda-.
Y sí, como final, a mí también me gustaría que en la
sociedad actual, en mi ciudad, mi país o en el mundo hubiera más cosas
parecidas a las que pasan en Utopía, que los hombres fuéramos un poco más
utópicos y que mejoraran las cosas, aunque sólo fuera un poco. Pero ya lo hizo
bien Moro poniéndole ese hombre a su isla: es sólo Utopía.
Hola nena!! no conocia este libro, asi que me lo apuntare!! besos:*
ResponderEliminarhola que coincidencia en breve leeré este libro, espero que no me defraude chao
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