El hechizo del Highlander

Título: El hechizo del Highlander
Autor: Karen Marie Moning
Tipo: Novela romántica histórica
Saga: Highlander #7
Sinopsis:
Jessi St. James está determinada a dar un giro drástico a su vida. Demasiadas horas estudiando antigüedades, han hecho que esta arqueóloga sufra un importante caso de sólo-puedo-pensar-en-el-sexo… o al menos eso es lo que ella cree cuando ve a un glorioso hombre desnudo mirándola a través del cristal de un viejo espejo que está examinando. Pero cuando, en apenas una fracción de segundo, se encuentra frente a dos metros de puro músculo, empieza a temer que todo sea real y no una alucinación. De esta manera Jessi ve como ese dios del sexo no sólo es real, sino que además le está ofreciendo protección. Protección que no consigue entender muy bien para qué la necesita. Y lo único que él quiere a cambio, es compartir un exquisito placer en su cama.
Habiendo heredado los poderes druidas de sus antepasados, Cian MacKeltar quedó atrapado hace once siglos dentro del Cristal Oscuro. Y cuando éste es robado, un antiguo enemigo hará lo posible por reclamarlo para terminar lo que hace tanto tiempo comenzó. Y para ello destruirá a cualquiera que ose interponerse en su camino, incluida la única mujer que puede romper el maleficio que tiene hechizado a Cian.
Comentario:
Otro libro más de esta autora de un hombre antiguo con una muchacha del siglo XXI, no es que no me gusten, pero tengo que reconocer que suelen agradarme menos. Ahora que lo del tío encerrado en el espejo, me ha recordado un montón a muchos otros, pero sobre todo a mi querido Julian encerrado en su diario.

El libro en sí es entretenido, comparado con otros de la saga este me está gustando mucho, porque además de la parte histórica, el espejo y la magia, también esta todo ese humor, el macho cabrío pidiendo atención y resultando ser mucho más que un hombretón fuerte y rudo; la chica dulce que busca algo más pero que no lo encuentra, y su historia paso a paso. No sé, entiendo muy bien a Jessica porque muchas veces yo también me siento fuera de época. Es como si ahora todo en lo que yo creo fuera algo anticuado, fantasioso y absurdo; es como si el mundo hubiera evolucionado hacia un punto casi contrario a mi modo de ver la vida, y eso siempre me ha dado la sensación de que si ya de por sí es difícil encontrar alguien a quien amar, imagínate si lo es encontrar a alguien a quien amar que conciba el amor del mismo modo en que tú lo haces. La esperanza es lo último que se pierde, lo sé, pero es difícil.

“No lo entiendo, Jessica. El amor, una vez que se ha dado, es para siempre. N o puede esfumarse así como así. ¿Es que no aman a tu madre, esos hombres con los que se casa?”. Entiendo perfectamente a Cian cuando pregunta, porque yo muchas veces me pregunto lo mismo. No concibo la institución del matrimonio como algo super sagrado, la verdad, pero si creo que el amor es algo muy importante que ha terminado siendo banalizado y relegado a tercer y cuarto término en muchas ocasiones. La gente termina estando en pareja para no estar sola, por costumbre, por conveniencia, por un físico, por dinero, por interés… y lo llaman amor, lo llaman pareja, y eso no es una pareja, ni es amor, es una unión con un motivo específico. Igual que tampoco me gusta la facilidad con que todo se rompe ahora, tanto los objetos como las relaciones: cuando hay un fallo, se tira y se compra otro, y eso en cuanto a objetos es malo, pero con las personas, es realmente horrible.

Aunque suene horrible decirlo, es real que en muchas novelas románticas se parte del ideal de que el amor de verdad, tiene que ser trágico, lo que ocurre es que últimamente ha pasado de la tragedia al drama. Es decir, que ha pasado del final horrible, al final feliz, pero la historia sigue siendo un drama en el que no hay solución, hay dolor, y todo se tiene que acabar mucho antes de empezar. Esto supongo que viene del ideal de que siempre se ama más aquello que vas a perder, lo que vas a disfrutar efímeramente o lo que directamente ni siquiera puedes tener. Lo imposible es deseable, es romántico, porque engrandece todos los sentimientos. Y a la par, es una mierda. Por eso, siempre se terminan creando los finales felices en los que se encuentra la solución, y todo ese amor idílico y la desesperación, terminan siendo amor profundo y largo, feliz.

Supongo que nos gusta regodearnos en lo que no podemos tener, que siempre sabe más dlce lo imposible y el jugar a buscar finales felices que en el fondo sabemos que sólo pasan en los libros que tanto nos gusta leer.
“—¿Por qué? —gritó ella, al tiempo que los ojos se le llenaban de lágrimas.
—Porque lo supe nada más verte —gruñó él salvajemente, porque aquel «te odio» aún le resonaba en los oídos—.Supe que en otra vida, una en la que no llegué a ser un hechicero oscuro, tú eras mi esposa. Y yo besaba el suelo que pisabas. Te adoraba. Te amé hasta el fin de los tiempos, Jessica MacKeltar. Pero ahora ya nunca tendré esa vida. Así que te tomaré como sea, de cualquier manera en que pueda hacerla. Y no pediré disculpas por ello. Pasaré la eternidad lamentando cada uno de los instantes de sufrimiento que he llegado a causarte. Mientras arda entre las llamas del infierno, no dejaré de lamentar cada una de las lágrimas que te he hecho derramar. Pero si el infierno fuese el precio que hubiese de pagar por poder pasar veinte días contigo, volvería a condenarme a mí mismo una y otra vez.”

Y como no, un acto de amor puro y de verdadera confianza en el último momento que sirve para romper la magia y salvarse, menos mal. Soy fan de los finales felices, porque para tragedias y dolor ya tenemos la vida real cada maldito día. Eso sí, me he quedado un poco a medias con el final, porque… es tan rápido que no te queda nada, ni epílogo ni nada. Pero bueno, qué le vamos a hacer.