Outlander: Forastera

Título: Outlander: Forastera
Autor: Diana Gavaldon
Tipo: Novela romántica histórica
Saga: Outlander #1
Sinopsis:
Recién acabada la Segunda Guerra Mundial, una joven pareja se reúne por fin para pasar sus vacaciones en Escocia. Una tarde, cuando pasea sola por la pradera, Claire se acerca a un círculo de piedras antiquísimas y cae de pronto en un extraño trance. Al volver en sí se encuentra con un panorama desconcertante: el mundo mode rno ha desaparecido, ahora la rodea la Escocia de 1734, con sus clanes beligerantes y supersticiosos, hombres y mujeres rudos, a veces violentos, pero con una capacidad de vivir y de amar como Claire jamás había experimentado en su anterior vida. Acosada por los recuerdos, Claire tendrá que elegir entre la seguridad del futuro que dejó atrás y la apasionante incertidumbre del pasado que ahora habita. En esta primera parte de la saga de Claire Randall —que continúa con Atrapada en el tiempo, Viajera y Tambores de otoño—, Diana Gabaldon ha escrito una historia de amor diferente, en la que los encuentros fortuitos y el juego equívoco del tiempo se conjugan en un intrigante final.
Comentario:

Más que una reseña final, son anotaciones de lectura.. 

*Puede contener spoilers*

No me gusta Frank. No me gustan los hombres corrientes sin apenas sentido del humor, que se vuelven empalagosos y te dicen incongruencias. No me gustan los hombres que dicen “han sido seis años, si tú hubieras estado con otro yo te querría igual” porque sólo hay dos opciones para eso: 1. Ellos te han sido infieles y por eso lo dicen, para purgar sus pecados y que todo quede redimido. O 2. Tienen tan poca autoestima y personalidad, que están tan embobados con el supuesto súper amor que te tienen que te perdonarían cualquier cosa. No quiero ni al primer tipo, ni al segundo; y éste profesor no me gusta.

Oh dios mío, si antes me caía mal… ahora ha pasado directamente al saco de los idiotas. ¿No te sentirías bien con un hijo de tu propia sangre? Debe ser que tu orgullo no te deja digerir que tu semillita no sea capaz de concebir en el útero de una mujer, y por eso no quieres adoptar, no vaya a ser que veas en la cara de ese niño cada día que eres estéril. No puedo con estos tíos. Y encima, te los venden como señores del siglo XX, abiertos, cultos y racionales. Prefiero mil veces un tozudo escocés primitivo, creo que le ganaría en todo a este tontaco.

Me caen bien los escoceses, con su carácter y las creencias de la época. Pese a que son un poco machistas, en el fondo lo son bastante menos que muchos hombres de hoy en día, y en general son hombres leales y tozudos, que luchan por lo que quieren hasta el final, y que harán lo que sea para mantenerte a salvo y feliz. Jaime es un poco como el antítesis de Frank, y sí, seguramente termine perdidamente loca por este highlander –ya me conocéis-. No, a ver, no, si empezáis a enseñarme escenas dónde el guaperas se ofrece a recibir golpes para que una chica joven no sea azotada, vamos mal, que me enamoro fácil hombre! Un poquito de clemencia, que soy una dama un poco… ligerita. No, y ahora ayuda a un muchacho pobre… de verdad, mis ovarios están pidiendo guerra.

Jamie acaba de caer hacia el abismo en el maldito momento en que se le ha ocurrido pedirle a Claire que se desnude para azotarla por su comportamiento. Ni en mil años dejaba yo que un hombre me pegara, bajo ningún concepto. Y personalmente, hasta ahora todos los libros que he leído de Highlanders, entre ellos mi querido Braden o Lach, se cortarían antes su mano buena que pegarle a su mujer, por muy burra que la hubiera liado. Porque además, no es un latigazo en la espalda en plan público o una quemadura en el brazo (para que recuerdes, sigue siendo sádico de otra manera) sino que además es completamente humillante que lo haga tu marido, que tenga que ser en las nalgas desnudas, y que además, por resistirte, en lugar de ser 12 azotes le pegue hasta cansarse. No tiene nombre, ni lógica, ni la tendría tampoco si fuera un hombre. A ver qué les parecería que un hombre hiciera alguna temeridad así, y entonces su mujer lo latigazara al llegar a casa para que entendiera la lección, ¿absurdo verdad? Pues eso es exactamente lo mismo, salvo que él tiene mucha más fuerza que ella.

Aunque en ciertos momentos tantos datos históricos, de hierbas  y de clanes, abruman un poco mi atención, en líneas generales de momento digo sin miramientos que es una gran novela. Interesante, bien delineada, personajes complejos, trama trabajada… Quizá un poco la densidad de lo que explica, ciertos detalles o descripciones, ya que llega un punto (más de medio libro leído) que ya la narración del día a día, me cansa un poco. Es como que más acción o menos hojas, no habría molestado en absoluto. Y bueno, todo lo de las brujas, y todo ese mundillo, el juicio, pues me exaspera un poquito. 

joo Jaime... yo quería quererte... :(

Por dios, si cualquiera de mis MacAllister oyera a Jamie hablarle así a su hermana, llamándola ramera y prostituta… lo mataban. ¿Pero este hombre qué fuma? Aunque fuera verdad, ella sólo lo hizo por ayudarle y salvar su vida, y si merece algo, es gratitud y cariño, por jugársela por él, no ser humillada. En serio, cuanto más pasa… más puntos pierde Jamie. Por mucho que digan que es la época, a mí “Yo le gustaba a mi padre, cuando no me portaba como un idiota. Y también me quería... lo suficiente para darme una buena tunda cuando me ponía idiota.” No me convence en absoluto. He leído mucha novela histórica, y siempre ha habido gente que pegaba a sus hijos para educarlos y gente que no; y en cualquier época y momento, me parece una barbaridad. Una cosa es una torta a tiempo o un cachete en el culo, otra muy diferente son azotes en la piel con un cinturón. Nada de lo que haga un niño de 8, 12 o 16 años justifica ese trato. Ni tampoco que se lo haga un marido a su mujer, puesto que no entendería nadie tampoco que se lo hiciera una mujer a su marido.

Con lo mono que eres...

Digamos que estoy muy acostumbrada a mis hombretones, y éste me ha parecido algo descafeínado y demasiado bestia. No soporto los golpes, de ningún tipo, pero mucho menos cuando es un hombre hecho y derecho quién los propina. Y lo aguantaría mucho más si Jamie hubiera dicho que él lo pasó mal pegándole, que fue duro, pero que encima le diga que lo disfrutó... no, definitivamente no. No sé si seguiré con la saga, porque estoy bastante hastiada de ambos. Esperaré unos meses, porque ahora mismo no me apetece nada seguir con ellos dos. 

Citas interesantes:

“Eres lo más importante del mundo para mí. Deseo que seas feliz, pero quiero... bueno, quiero tenerte para mí. Tengo miedo de que un niño ajeno, con quien no tendríamos un parentesco real, se convierta en un intruso y me inspire resentimiento. Pero darte un hijo, verlo crecer dentro de ti, verlo nacer... entonces sentiría que es... parte de ti. Y de mí. Un verdadero miembro de la familia.” 

Queda retratado él solo, “un verdadero miembro de la familia” pues no digamos nada con tener perro, porque vamos, ya le da algo.

“Bien. De manera que debo castigarte y por dos razones: en primer lugar, para que lo «sepas». —Esbozó una sonrisa repentina—. Puedo asegurarte por experiencia que una buena paliza te hace ver las cosas con mucha más seriedad. —Apreté las manos al rededor del pilar de la cama—. La otra razón —prosiguió— son los otros hombres. ¿Has notado cómo están esta noche? Existe algo que se llama justicia, Claire. Les hiciste un daño a todos esos hombres y tendrás que pagar por ello. —Respiró hondo. —Soy tu esposo. Es mi deber ocuparme de que lo hagas. Y pienso hacerlo. Te guste o no, eres mi esposa. Si quisiera romperte un brazo o alimentarte con pan y agua o encerrarte en un armario durante días (y no creas que no me tienta), podría hacerlo. Y ni qué decir de azotarte el trasero.”

Aquí se acabó mi amor por Jamie, lo siento... pero por más simpático y bueno que es, a partir de aquí fui incapaz de verlo con los mismos ojos. 

“—¡Que lo haya disfrutado! Sassenach —expresó jadeando—, no imaginas cuánto lo disfruté. Estabas tan... ¡Cielos!, estabas hermosa. Te resististe con tanto ímpetu y yo estaba tan furioso. Odiaba lastimarte, pero al mismo tiempo deseaba hacerlo... ¡caramba! —Se interrumpió y se limpió la nariz—. Sí. Sí, lo disfruté... Aunque hablando del tema —añadió—, debes reconocer que estuve comedido.” 

No, bajo ningún concepto, no. No me gustan los tíos así. ¿Disfrutarlo? De verdad puede alguien disfrutar el pegarle a la persona que quieres, a verlo gritando, resistiéndose, el dolor… No gracias.

“—Mi amor —murmuró—. Ah, mi amor. Te deseo tanto. 

—No es lo mismo, ¿verdad? —respondí—. Amar y desear. 

Rió con voz un poco ronca. —Es muy parecido, Sassenach, al menos para mí. —Podía sentir la fuerza de su deseo, rígido y urgente. Retrocedió de pronto y me alzó de la cerca.

 —¿Adonde vamos? —Nos alejábamos de la casa, hacia los cobertizos a la sombra de la arboleda de olmos. 

—A buscar un pajar.” 

Amor y deseo, pueden ir juntos, pero NO son lo mismo, ni de lejos.