Boda en la toscana

Título: Boda en la toscana
Autor: Christina Hollis
Tipo: Novela romántica contemporánea
Sinopsis:
Cuando descubrió que la condesa Larissa Alfere-Tiziano acababa de heredar un palacio toscano en ruinas, el guapo y despiadado magnate Antonio Michaeli-Isola decidió hacer valer su derecho y hacerse con el palazzo. Y si para ello tenía que seducir y luego abandonar a la bella y mimada condesa... no dudaría en hacerlo.Pero La rissa ocultaba algo. Aunque Antonio creía que no era más que una cazafortunas, en realidad aquella vulnerable e inocente joven tenía que luchar para llegar a fin de mes...
Comentario:
Viva Italia! No me voy a ir por las ramas, este libro no me ha gustado. Es un libro corto que se lee muy rápido, va sobre una mujer que se casa con un ricachón y que de repente se queda viuda y ella hereda sus bienes. Entre ellos está su casa de la toscana, que es un pedazo de Palacio que no te menees. Harta de rumores y problemas, ella se muda allí y la quiere arreglar y adecentar para poder venderla en condiciones o quedársela de manera permanente. Entonces llega Antonio, un hombre que dice que la ayudará a reformarla y fluye entre los dos una atracción alarmante.

Entonces tenemos su historia, que tampoco es muy descriptiva ni emocionante, simplemente se evaden, se gritan, se besan, se huyen, se ponen celosos, se vuelven a besar, se enfadan, se gritan, se besan… y así, pero en poco rato, porque como es de los libros estos cortitos, pues todo así rápido y sin mucha sustancia. Hasta que ella cuenta que resulta que no es el tipo de mujer que todos creían: ya que es virgen porque el marido era un gilipollas que la hizo sentir como una frígida que no podía complacer a un hombre. Y ellos están juntos, y luego se sinceran, y resulta que él no es quién dice ser.

Así que tenemos una especie de “prueba final” al finalizar el libro, entre la protagonista y Antonio, que terminan casados y felices. Y te dejan con una mirada de ironía al terminar el libro de que realmente se termine así y sea todo tan bonico y tan cuqui, porque además es como que no se sostiene mucho. Como que no hay para más.