Solo un Highlander

Título: Solo un Highlander
Autor: Janet Chapman
Tipo: Novela romántica contemporánea, escoceses
Saga: Highlanders de Main #5
Sinopsis:
Han transcurrido treinta y ocho años desde que el anciano hechicero druida, Pendaär lanzara un hechizo para transportar a cierto laird escocés del siglo doce al presente. El hechizo que lanzó no sólo influyó en Greylan MacKeage... si no también a otros nueve hombres y sus caballos de batalla. Pero aquella historia ya ha sido contada. Esta es la historia de la séptima hija de Grey y Grace MacKeage, Winter, nacida hace veinticinco años del último solsticio de invierno.
Winter vive con sus padres y su hermana, Megan, y dirige una galería de arte en Pine Creek. Un día a finales de Septiembre, un hombre asombrosamente masculino entra en la galería, Matheson Gregor, ha comprado la montaña y quiere que ella, con sus dotes de artista, le ayude en el diseño de su casa. Winter se siente intrigada por Matt; él es el primer hombre que le ha inspirado algún tipo deseo. De modo que consiente en ayudarle y llevarse a Megan consigo, a pesar de las sospechas de su padre, que aún posee el corazón de un guerrero de las Highland.
Pendaär, ahora conocido como el padre Daar, vive solo en la montaña TarStone, aguardando el momento en que pueda traspasar sus poderes a Winter. Pero ahora presiente un cambio que podría significar el fin de la humanidad y estima que ha llegado el momento de que Winter sepa quien es y tome completa posesión de sus poderes.
Comentario:
Tanto hablar de la pequeña Winter, y ya es toda una mujer que vende cuadros y tiene su propia tienda. Me ha gustado verla mayor, es como si hubiera crecido con ella. Me ha parecido muy impactante el primer capítulo, cuando entra Matt a la tienda, se miran, se vuelven a mirar, compra el cuadro y ella no quiere venderle a su pantera, y entonces le pide que le dibuje su casa que es algo tan personal. Ha sido como muy explosivo ya sólo en el primer capítulo y ha captado toda mi atención.


“Aunque, a lo mejor sólo está hecho de sueños tejidos con rayos de luna.” Son estas frases las que hacen que yo me enamore de estos libros. Sé que a muchos os parecen una tontería e incluso algo diabético, pero a mí, entretejido en la historia y con unos personajes coherentes es lo que termina sacándome una buena sonrisa que agradezco, que lágrimas ya he derramado muchas.

Es gracioso que todos lo llamen “tu Gregor” aunque me desconcierta que lo llamen por el apellido, que en este caso es un nombre de pila también, porque yo pienso Matt y ellos dicen Gregor y se me juntan los nombres. Se nota que va Winter con pies de plomo y no quiere apresurarse, ni darle oportunidades, ni quedarse a solas. Casi parece que le moleste sentirse atraída por él.

“—¿Está intentando distraerme? ¿De qué?

Él sonrió.

—De mis intenciones de besarla esta noche. ¿Quiere que nos lo quitemos de encima ya, o le gustaría pasar la velada saboreando la perspectiva?”

Estos diálogos son los que te ponen una bonita sonrisa en la cara, y te hacen caer rendida a los pies de estos tiarrones grandotes pero buenazos, que se preocupan, te cuidan, te hacen reír y se convierten en todo lo que jamás has deseado en tu vida. No es justo, luego una se pasa leyendo libros de estos día tras día, y luego no hay hombre real que le llegue a la suela del zapato. Así vamos mal.

Si hay algo que le da un toque aún más bonito a este libro, que ya de por sí es genial, son todas las escenas en que salen Grey y Grace, los padres de Winter, y como después de 33 años se siguen queriendo, siguen divirtiéndose, se siguen entendiendo con miradas, cuidando el uno del otro, y avivando la pasión. Ese tipo de amor que yo deseo desde que era un coco, del que no se acaba nunca. Me gusta mucho la relación de ambos, pero vuelven a los errores de los primeros libros. Apenas si han pasado cinco o seis días desde que se vieron por primera vez, hasta que ella le promete los votos de fidelidad y matrimonio antes de acostarse por primera vez. Cosa que además te deja con las ganas, porque eso no es típico de un hombre de esta época y te hace pensar… ¿de dónde ha salido Matt? Eso será realmente importante en el libro, y te deja pensando muchas cosas. Obviamente poco después te enteras de todo y vas comprendiendo, pero era de esperar tras leer algunas cosas y conversaciones de él, que hacían que ya vieras que muy “normal” no es.

“Las mujeres son débiles. Contáis cuentos de hadas llenos de dulzura y compasión, donde todo el mundo se ama… No tenéis la fortaleza de corazón necesaria para luchar contra el lado oscuro de la naturaleza humana, y pensáis que sólo por enamoraros de un canalla de repente lo convertiréis en un santo.” 

Una maravilla de frase, ¿verdad? Hay cierto machismo en estos libros que sólo queda justificado por la época en que nacieron los personajes, y bueno, con que en verdad no lo dicen en el mal sentido. Es decir, los personajes principales no intentan ser hirientes contra la mujer, ni la ven inferior, simplemente lo miran todo desde otra perspectiva.

“¿Qué sentido tiene levantarse de la cama por la mañana si ya sabes lo que va a ocurrir? La verdadera magia es vivir cada día como llega; la alegría es la ilusión de lo que está a la vuelta de la esquina.” 

El final no ha sido del todo sorprendente, yo ya me olía mucho que había algo ahí que sonaba de otra manera, pero igualmente creo que es un gran final, muy bien hilado y muy acorde con el resto de la saga. Eso sí, te dejan con la miel en los labios, porque termina el libro antes de que tengas tiempo a apreciarlo, y en este ni siquiera hay epílogo. Eso sí, ya te dan dos palabras para que sepas quiénes van a ser los protagonistas del siguiente libro.