Título: La biblia de barro
Autor: Julia Navarro
Tipo: Narrativa histórica
Sinopsis:
Una arqueóloga iraquí nieta de un poderoso hombre con un oscuro pasado, cuatro ancianos con sed de venganza, traficantes de arte sin escrúpulos, un hombre en la sombra que mueve muchos hilos -El Mentor-, dos asesinos a sueldo y un cura que escuchó una confesión que jamás debió oír... Estos son algunos de los protagonistas d e un rompecabezas inquietante que no se resuelve hasta la últmia página.Tral el éxito de su primera novela La Hermandad de la Sabana Santa, Julia Navarro se confirma con La Biblia de Barro como maestra en la creación de tramas que atrapan al lector desde la primera página. El mundo del arte, la Segunda Guerra Mundial y sobre todo el poder que mueve los hilos del mundo por encima de la política y las creencias son los auténticos protagonistas de esta novela que llevará al lector por la historia y la intriga hasta un apasionante y sorprendente final.
Comentario:
Elegí este libro para el mes de la literatura porque lo tenía una amiga y me lo podía dejar, pero vamos, sólo ver un poco de qué iba, ya me he puesto a respirar hondo. No soy creyente, pero sí tengo un mínimo de cultura bíblica, porque bueno en mi casa siempre me han enseñado que ‘el saber no ocupa lugar’ así que todo lo que podía aprender, bueno era para aumentar mi cultura. Pero de ahí, a leer un libro sobre las supuestas tablillas de barro que escribió Abraham explicando la creación del mundo, que le había contado Dios.
Nunca me han gustado los libros que hacen capítulos en diferentes líneas temporales, como les apetece, pero es que si además de eso le sumas que en una de las líneas temporales hay muchos personajes y diferentes sitios, pues ya la tenemos. A mí es un estilo que se me hace denso en seguida, y entre el tema y el detalle, me da que me va a costar terminármelo.
“Verás, Marduk luchó contra Tiamat, y la dividió en dos pedazos, con uno hizo el Cielo, con el otro la Tierra. Y de sus ojos brotaron el Tigris y el Éufrates, y con la sangre del marido de la diosa, el dios Kingu, modeló al hombre. Marduk se lo dijo a Ea: «Voy a amasar sangre y formar huesos. Voy a crear un salvaje, cuyo nombre será "hombre". Voy a crear al ser humano, el hombre, que se encargue del culto de los dioses para que puedan estar a gusto».”
“—Sí, pero dime la verdad, ¿Marduk existe?
—No, no existe.
—¿Sólo existe tu Dios?
—Sólo existe Dios.
—Entonces, ¿todos los hombres están equivocados menos tú?
—Los hombres intentan explicarse lo que pasa y miran al cielo pensando que allí hay un dios para cada cosa. Si miraran dentro de su corazón, hallarían la respuesta.”
He aquí la soberbia absoluta del ser humano. Creer que sus ideas están por encima de la de los demás, simplemente por ser suyas. Y lo peor, es que en lugar de rebatirlas, hemos terminado creyendo en las ideas de uno que pensó que sabía más que el resto, y consideró que sus ideas sobre el mundo eran absurdas y equivocadas, y que las suyas eran las veraces. Supongo que la gracia de todo es que seguramente ninguna era válida, ni real, pero hubiera sido bonito que se hubiera respetado el derecho a creer o pensar lo que cada uno sintiera o escogiera, y no la manía de implantar en otros lo que uno cree, formando así una religión tras otra.
“«Voy a escribir la historia del mundo. Abrán me la contará. Así los hombres sabrán por qué Él les creó.» «Marduk es sólo una figura de barro. Los dioses de barro son sólo barro. El Dios de Abrán no se ve, por eso es Dios. No se puede modelar, ni se puede romper.»”
O sea, está bien que él vaya y rompa las figuras de barro que representan a diferentes dioses de Mesopotamia, porque son falsas, y sólo son barro. Pero no está bien que vengan otros hombres y digan que tu dios no es, o que después creen figuras y reinos en nombre de ese Dios. Fantástico. Ya sé por qué no leo libros como éste, siempre terminan sacándome de quicio y poniéndome de mal humor.
“«Para hablar con Dios tenemos que buscar en nuestro corazón. Abrán dice que Él no habla con palabras, pero que hace sentir a los hombres lo que quiere que hagan. Yo busco dentro de mí pero aún no soy digno de escucharle. Creo que de entre nosotros sólo ha elegido a Abrán.»”
Y encima te hace sentir inferior y culpable, porque resulta que ese Dios omnipotente y que los sabe todo y creador del mundo no te habla. Por más que lo buscas dentro de ti, él no te responde, por lo que “no eres digno” de él, y claro, el bueno de Abraham sí lo es y por eso, como él ha descubierto la “verdadera fe” Dios le habla y es digno de oírle. Es que vamos… es tan absurdo que da risa. Parece mentira lo que es capaz de conseguir el hombre gracias al borreguismo de sus congéneres.
“—Porque no es fácil escucharle. Estamos demasiado preocupados pensando en nosotros mismos. Dios nos castigó, castigó a todos los hombres, a los primeros y a los que vendrán después de nosotros, a buscar el sustento con su trabajo, a sufrir dolor y enfermedades, a vagar por la tierra, de manera que el hombre encuentra poco tiempo para buscar a Dios.
—¿Y por qué nos castigó? ¿Por qué a todos los hombres? Yo aún no he hecho nada, al menos nada muy grave.
—Tienes razón, pero los primeros padres pecaron y nos condenaron a todos.
—No me parece justo.
—¿Quién eres tú para juzgar a Dios?
—Pero ¿por qué he de aceptar una culpa no cometida?
—Mañana te lo contaré. Trae las tablillas y el cálamo.”
Aquí hay otro de esos grandes momentos de la cultura judaica. Dios es benévolo y omnipotente, y bueno y dulce, y no sé cuantás cosas, pero condena a TODA la humanidad porque a una pobre loca se le ocurre comer una manzana que tenían prohibida. Y por eso, tenemos que sufrir y padecer, para “purgar” lo que supuestamente hicieron los primeros creados hace milenios. Pero eso no es lo peor, no, es que si encima dices que no es justo que te culpen por algo que tú no has hecho, ni tus padres, ni tus abuelos… encima te dicen, que ¿quién eres tú para juzgar a Dios? Mi respuesta sería ¿Y quién narices es Dios para juzgarme a mí? –
“—¿Cómo puede la razón apartarme de Dios?
—Porque puedes caer en la tentación de creer que todo lo entiendes, de imaginar que todo lo sabes. Y eso puede sucederte porque somos un reflejo de Dios.”
Otra gran frase perpetrada por los religiosos desde el inicio de los tiempos. Ya lo decía Einstein, que la religión es el opio de los débiles, y así es, de los débiles de mente. La ignorancia es un problema muy grande, y el poder siempre la ha usado con el pueblo para subyugarlo y aprovecharse de él, por eso mismo la iglesia nunca se ha procupado de ayudar a culturizar a las masas, ni mucho menos, ya que es mucho más fácil llevar al rebaño si éste no tiene ni idea de la vida. Aunque es literal, Jesús habla muchas veces de guiar al rebaño, y yo siempre he dicho que no tiene que venir ningún salvador religioso a guiar a nadie, y menos a tratar al pueblo como borregos. Un buen hombre, ayuda, da respuestas, está ahí, pero no lava cerebros, mete argumentos y quiere dirigir. ¿Cuántas veces el Dalai Lama ha querido dirigir a nadie, ha pedido nada, ha adoctrinado a nadie? Nunca. Eso es fe, eso es creer y tener unas reglas de vida.
Lo dejo ya con el señor Abraham porque me va a dar algo. Centrándome exclusivamente en el libro, éste es el segundo que me leo de Julia Navarro –
*Ni te acerques... ni al pollito, ni al libro. |
Se me ha hecho eterno, pero eterno. Con ‘Dime quién soy’ ya me pasó, además me resultó inconcebible e irreal a niveles extremos, que pretenda la autora que una sola mujer viva, conozca y haga tantísimo en la IIGM y toda esa época, hasta el punto incluso de matar a un general de las SS, como si fuera algo fácil. En este, encima, con la historia bíblica, Abraham sacándome de quicio todo el libro, y luego la de cosas que pasan y el “mega final” ahí trágico, me ha aburrido hasta el punto de pensar en más de una ocasión de dejarlo y ponerme con otro, porque no había manera. Creo que es un tipo de libro que gusta a un tipo de público muy específico, yo sólo lo recomiendo si te gusta la historia bíblica y no te sacan de quicio sus incoherencias, no te molestan los libros muy largos y no te importa que un libro tenga relleno y varias tramas. Si no, no te acerques ni con un palo.
Lo tengo en casa desde hace tiempo, pero todavía no lo he leído, aunque tras leer tu reseña, creo que me lo pensaré :)
ResponderEliminarBesos!
La verdad es que no me llama para nada.
ResponderEliminarUn beso.
No me estrené todavía con Matilde Asensi aunque no creo que sea ésta la más apropiada para ello por lo que nos cuentas en tu reseña. Besos.
ResponderEliminarSiento que no te haya gustado, a mí siempre me llamó bastante así que a lo mejor lo leo. Un besote :)
ResponderEliminarHola Neus aún no he leído nada de esta escritora pero creo que con este libro tampoco comenzaría. Gracias por la reseña.
ResponderEliminarPues justamente este libro es el que mas me ha gustado hasta la fecha de esta autora. El que no me gusto nada fue La sangre de los inocentes.
ResponderEliminarSaludos