El enredo de la bolsa y la vida

Título: El enredo de la bolsa y la vida
Autor: Eduardo Mendoza
Tipo: Humor, novela negra
Sinopsis:
Contra su voluntad, es decir, movido por la amistad y sin un euro en el bolsillo, vuelve a ejercer de insospechado sabueso en la Barcelona de hoy en una car rera contrarreloj por desarticular una acción terrorista antes de que intervengan los servicios de seguridad del Estado. Años después de dejar el sanatorio mental donde compartieron celda, Rómulo el Guapo le propone un golpe a nuestro protagonista. Su negativa y la misteriosa desaparición de Rómulo serán el arranque de un enredo para resolver un caso de repercusiones internacionales con la ayuda de un infalible equipo: la adolescente Quesito, el timador profesional Pollo Morgan, el africano albino Kiwijuli Kakawa, conocido como el Juli, la Moski, acordeonista callejera, el repartidor de pizza Manhelik y el señor Armengol, regente del restaurante Se vende perro.
Eduardo Mendoza regresa con una sátira genial, como las que sólo él sabe hacer. En ella la fábula crea su propia verosimilitud, que es, paródicamente, la del género policial, y la de la farsa convertida en apólogo moral. No se puede contar el libro sin una sonrisa; pero es imposible leerlo sin carcajadas, y sin comprender que en la Europa en quiebra técnica que habitamos no basta con el humor dinamitero e inventivo: es preciso, además, el don de la lucidez.
Comentario:
Bueno, yo lo siento en el alma por los fans de este buen hombre, pero yo no puedo soportar a Eduardo Mendoza. A mí su humor me parece tonto, y me saca de quicio que la protagonista se llama Quesito porque se les ocurrió ponerle a la niña Marigladys, aunque claro, siendo su padre adoptivo un tal Rómulo el guapo, pues qué te vas a esperar. Y luego ya con 'El Pollo Morgan y la Moski' y no sé quién que se llamaba Pilila, pues ya directamente me daban ganas de salir corriendo. Que no hijos, que a mí me hicieron leer en el instituto 'Sin noticias de Gurb' y poco más y me muero en el intento. Por dios, qué libro más cansino y absurdo. Eso sí, a mis primos y a mi tía es un libro que les encanta, como todos los del autor. Yo creo que me voy a poner en el lado justo al revés.

Cuando ha entrado en escena el señor Siau, me han dao ganas de darle. En castellano no es nada, pero en catalán decimos mucho lo de 'adéu siau' que es como un 'si dios quiere' y en lugar de reírme, que supongo que es lo que pretende, me he quedado un poco como que no. Creo que no entiendo el humor de este buen hombre por más que lo intento. Y bueno ya cuando sale Manolito y la Angela Merkel, medio hablando en español/alemán con un montón de incongruencias, me han entrado ganas de dejar el libro, pero ya me conocéis, una vez empiezo uno siempre lo acabo. Sinceramente, el final es de risa, y no en el buen sentido. No le he encontrado la lógica, ni el buen argumento, y mucho menos la gracia.

Como breve apunte, los carteles de los sitios, como el nombre de los restaurantes o de los apartamentos no tiene desperdicio, igual que el del bar del final, que venden comida alemana y otras variedades 'Bárbaras' en lugar de Bávaras. La hostia. Para los fieles y fans de Mendoza, muy bien, para otros como yo que no le encuentran la gracia, otro más para no leer.

Esta reseña participa en la iniciativa:

Requisito a cumplir: Homenaje a Eduardo Mendoza