Título: El hombre perfecto
Autor: Linda Howard
Tipo: Novela romántica contemporánea
Sinopsis:
Todo empieza como una broma de cuatro amigas en su reunión semanal. ¿El tema de conversación? Una vez más, los hombres. Entre risas, deciden hacer el retrato del hombre perfecto, y ponen por escrito las cualidades que debería reunir: sincero, amable, atractivo, con sentido del humor... y, bueno, hay algo más, un detalle que acabará por desencadenar una verdadera pesadilla. Sin embargo, Janie y sus amigas no se sienten en peligro. No ven amenaza en las susurrantes llamadas telefónicas, ni perciben la mirada cargada de odio de un personaje cercano. Ignoran que una mente desequilibrada es como la nieve amontonada en la ladera de una montaña: a veces basta un estornudo para provocar un alud.
Hace tiempo que Janie ha dejado de creer en el hombre perfecto. Tras varios fracasos sentimentales, se tomó un respiro... y lleva unos años sin pareja. ¿Además, para qué necesita un hombre? Tiene un buen trabajo, cuenta con el cariño de sus amigas y acaba de comprarse una casa. Lástima que su vecino resulte ser un individuo tan irritante: descarado y arrogante, pero físicamente imponente y dueño de una sonrisa que la deja a la vez furiosa y desarmada. ¿En qué otra persona podría confiar Janie para escapar de un asesino?
Se llama Sam Donovan y es policía. Trabaja a diario con la violencia, el crimen y el engaño, está habituado a ver la parte más oscura del ser humano, y sabe apreciar la honestidad y la capacidad de lucha. Tal vez por eso se siente irremediablemente atraído por su guapa e impaciente vecina: tiene empuje, es valiente y sincera, cálida y risueña. Desde el primer momento, Sam decide que esta mujer será importante en su vida, y no permitirá que nadie le haga daño. Absolutamente nadie.
Comentario:
Autor: Linda Howard
Tipo: Novela romántica contemporánea
Sinopsis:
Todo empieza como una broma de cuatro amigas en su reunión semanal. ¿El tema de conversación? Una vez más, los hombres. Entre risas, deciden hacer el retrato del hombre perfecto, y ponen por escrito las cualidades que debería reunir: sincero, amable, atractivo, con sentido del humor... y, bueno, hay algo más, un detalle que acabará por desencadenar una verdadera pesadilla. Sin embargo, Janie y sus amigas no se sienten en peligro. No ven amenaza en las susurrantes llamadas telefónicas, ni perciben la mirada cargada de odio de un personaje cercano. Ignoran que una mente desequilibrada es como la nieve amontonada en la ladera de una montaña: a veces basta un estornudo para provocar un alud.
Hace tiempo que Janie ha dejado de creer en el hombre perfecto. Tras varios fracasos sentimentales, se tomó un respiro... y lleva unos años sin pareja. ¿Además, para qué necesita un hombre? Tiene un buen trabajo, cuenta con el cariño de sus amigas y acaba de comprarse una casa. Lástima que su vecino resulte ser un individuo tan irritante: descarado y arrogante, pero físicamente imponente y dueño de una sonrisa que la deja a la vez furiosa y desarmada. ¿En qué otra persona podría confiar Janie para escapar de un asesino?
Se llama Sam Donovan y es policía. Trabaja a diario con la violencia, el crimen y el engaño, está habituado a ver la parte más oscura del ser humano, y sabe apreciar la honestidad y la capacidad de lucha. Tal vez por eso se siente irremediablemente atraído por su guapa e impaciente vecina: tiene empuje, es valiente y sincera, cálida y risueña. Desde el primer momento, Sam decide que esta mujer será importante en su vida, y no permitirá que nadie le haga daño. Absolutamente nadie.
Comentario:
Por
una parte no encuentro bien que se banalice tanto lo que debería tener el
hombre perfecto y no estoy de acuerdo en hacer listas de requisitos. Está claro
que tanto hombres como mujeres somos más que eso, y mucho más que centímetros,
además puestos a pedir, yo pediría un buen amante, indistintamente de lo que
midiera, y creo que ellos igual. Ahora bien, de ahí a cómo se vuelve el libro
un acoso a las chicas que hacen la lista, me parece brutal. Todo eso es tan
bestia porque la lista es sobre hombres. Las mujeres estamos catalogadas cada
día, se han hecho listas, libros y programas de mujeres y sus cualidades, mil
veces, y no pasa nada. Ahora cuando sale una mujer y habla del tamaño del pene,
de la fidelidad y de cuatro cosas más, todo el mundo se vuelve loco. Por favor.
“—Menudo día —dijo al tiempo que se dejaba caer en la cuarta silla, que estaba vacía.
Mientras daba gracias a Dios, añadió dar las gracias por ser viernes. Había sido un asco de día, pero era el último, por lo menos hasta el lunes siguiente.
—Dímelo a mí —murmuró Marci mientras apagaba un cigarrillo y se apresuraba a encender otro—. Últimamente Brick está insoportable. ¿Es posible que los hombres sufran de síndrome premenstrual?
—Ellos no lo necesitan —dijo Jaine, pensando en el tipejo que tenía por vecino... un tipejo policía—. Nacen envenenados por la testosterona.
—Oh, ¿es eso lo que les pasa? —Marci puso los ojos en blanco—. Yo creía que era por la luna llena o algo así. Nunca se sabe. Hoy Kellman me ha tocado el culo.”
“—Menudo día —dijo al tiempo que se dejaba caer en la cuarta silla, que estaba vacía.
Mientras daba gracias a Dios, añadió dar las gracias por ser viernes. Había sido un asco de día, pero era el último, por lo menos hasta el lunes siguiente.
—Dímelo a mí —murmuró Marci mientras apagaba un cigarrillo y se apresuraba a encender otro—. Últimamente Brick está insoportable. ¿Es posible que los hombres sufran de síndrome premenstrual?
—Ellos no lo necesitan —dijo Jaine, pensando en el tipejo que tenía por vecino... un tipejo policía—. Nacen envenenados por la testosterona.
—Oh, ¿es eso lo que les pasa? —Marci puso los ojos en blanco—. Yo creía que era por la luna llena o algo así. Nunca se sabe. Hoy Kellman me ha tocado el culo.”
JO-DER.
Pensaba que el libro tendría la parte “cómica” y luego al pirado, pero nunca
creí que reamente las mataran. Madre de dios. A ver, sé que a veces un
comentario puede ser muy hiriente y que las palabras tienen capacidad de
demoler, pero de ahí, a que en la novela terminen habiendo asesinatos de un
maníaco –que será el niño ya crecido del primer capítulo- pues ya me parece una
barbaridad. Y claro, qué coincidencia, que la prota tiene por vecino/amante a
un policía.
“—Eres
un problema de los peores —le espetó él—. Eres un problema de los que lo
empujan a uno a casarse.
[…]
—Siempre he oído decir que el sexo es distinto con una mujer a la que uno ama, pero no me lo creía. El sexo era sexo. Pero entonces entré dentro de ti y fue como meter la polla en un enchufe.
—Oh. ¿A eso se debían todas esas sacudidas y todos esos chillidos? —se burló Jaine, pero prestando atención.
—Qué sabihondilla. Sí, a eso se debían, aunque me parece que no soy yo el único que se ha movido y chillado. Ha sido diferente. Más apasionado. Más fuerte. Y cuando terminó me entraron ganas de repetirlo todo.
—Y lo has repetido.
—Ahí tienes la prueba, entonces. Por el amor de Dios, ya me he corrido dos veces y otra vez estoy empalmado. O se trata de un milagro sexual, o es amor. —Besó a Jaine en la boca, despacio y en profundidad, con lengua—. El hecho de ver cómo te lanzas a una rabieta siempre me excita.”
[…]
—Siempre he oído decir que el sexo es distinto con una mujer a la que uno ama, pero no me lo creía. El sexo era sexo. Pero entonces entré dentro de ti y fue como meter la polla en un enchufe.
—Oh. ¿A eso se debían todas esas sacudidas y todos esos chillidos? —se burló Jaine, pero prestando atención.
—Qué sabihondilla. Sí, a eso se debían, aunque me parece que no soy yo el único que se ha movido y chillado. Ha sido diferente. Más apasionado. Más fuerte. Y cuando terminó me entraron ganas de repetirlo todo.
—Y lo has repetido.
—Ahí tienes la prueba, entonces. Por el amor de Dios, ya me he corrido dos veces y otra vez estoy empalmado. O se trata de un milagro sexual, o es amor. —Besó a Jaine en la boca, despacio y en profundidad, con lengua—. El hecho de ver cómo te lanzas a una rabieta siempre me excita.”
Tengo
que reconocer que he copiado esta cita porque es que no me puedo creer que
realmente un hombre diga eso. O sea, al lado de Bécquer, éste se pasa de
romántico eh. Que bonito comparar ese amor con meterla en un enchufe, es que me
ha encantado. Todo el libro Sam es bastante así, pero es que la escenita se las
trae… Ahora que aún peor que la escenita en sí, es el hecho de que tras un mes
de conocerse –que tampoco es que empezaran demasiado bien- y con toda la mierda
del pirado de por medio, tras un buen polvo, él le pide matrimonio. Así, sin
más. Ni siquiera son pareja estable, y ya se quiere casar. Me ha parecido una
locura. No soy muy fan de las bodas, pero cuando van coherentes con el
argumento están bien, pero aquí… no.
El
final está bien. Así todo un poco “sorprendente”, que tampoco te pilla de
nuevas, y se termina resolviendo todo, aunque en verdad es una tragedia porque
muere gente, que parece que no sea nada, pero tela. En líneas generales está
bien, lo que ocurre es que junta mucho la novela romántica con humor, con un
pedazo de thriller y un psicópata, que no es precisamente lo más cercano. No
está mal.
Pues la sinopsis me llamaba la atención pero viendo tu reseña será que pasaré. Un beso! :)
ResponderEliminarjajajajjajajajajajajajajajajjajaja la cita me ha matado, gracias por compartirla porque me has alegrado el día, del libro creo que pasaré porque no parece gran cosa
ResponderEliminarbesos
Jo pues la verdad es que me llama bastante porque la romántica contemporánea es de mis género favoritos. Un besote :)
ResponderEliminarEste libro me encantó y siiii ya me conoces, no me gustó la parte de pedirle matrimonio.
ResponderEliminarA ver lo de la lista no me parece mal, fue un momento de risas y de un par de copas más, son cosas que dices en el momento pero que en la realidad cojes esa lista y la quemas. Te explico lo que quiero decir, yo puedo escribir en mi lista de cosas que tiene que tener el hombre perfecto que sea rubio, ojos azules, acento británico (que no digo que ésto sea real)... Pero luego se me pone por delante Stephen Amell y si hace falta me la como para no dejar rastro.
Muchos Besos!