Cartas de amor

Título: Cartas de amor
Autor: Fernando Pessoa
Tipo: Novela contemporánea
Sinopsis:
Fernando Pessoa, uno de los escritores no sólo en lengua portuguesa más importante del siglo XX, que publicó en vida un sólo libro en «la lengua que era su patria». Con todo, la cincuentena de cartas que aquí presentamos —hoy de dominio público— a la joven Ophélia Queiroz, que entró de mecanógrafa en las oficinas de la Baixa lisboeta donde él ya traducía correspondencia comercial, permiten vislumbrar la personalidad del poeta, el apasionamiento de un enamorado, su ternura, modestia, dignidad, sentido del humor y, sobre todo, la vocación por su obra literaria, así como pinceladas de una psique fragmentada, terreno abonado para la creación de los heterónimos, uno de los cuales, Alvaro de Campos, se presenta también ante Ophélia en estas cartas. De él es el poema escrito en 1935, un mes antes de la muerte de Pessoa, a los 47 años, de una cirrosis hepática «Todas las cartas de amor son ridículas», que estas misivas tan bien desmienten.

Comentario:

Me he quedado con un palmo de narices al leer este libro. Nunca jamás hubiera imaginado que el gran Pessoa, del que no había leído nunca nada, pero que obviamente sí que había oído hablar mucho de él, sería un empalogoso pesado capaz de sacarme de quicio y hacerme vomitar arcoiris hasta decir basta. Ha sido un libro que desde la página tres me estaba dando dolor de cabeza, pero es que conforme iba leyendo... era peor.

Todas las cartas de amor son ridículas...*

Todas las cartas de amor son ridículas.

No serían cartas de amor si no fuesen ridículas.

También escribí en mi tiempo cartas de amor,

como las demás, ridículas. 

Las cartas de amor, si hay amor,

tienen que ser ridículas. 

Pero, al fin y al cabo,

sólo las criaturas que nunca escribieron cartas de amor

sí que son ridículas. 

Quién me diera el tiempo en que escribía

sin darme cuenta cartas de amor ridículas. 

La verdad es que hoy mis recuerdos

de esas cartas de amor sí que son ridículos. 

(Todas las palabras esdrújulas,

como los sentimientos esdrújulos,

son naturalmente ridículas).

Si bien es cierto que el autor lo deja muy claro, que las cartas de amor son "ridículas" yo me considero una romántica empedernida y me leí las cartas de James Joyce a Nora Barnacle, que además tienen un tinte erótico, y no me pasó como en este. Está claro que los sentimientos de amor son entendibles entre dos personas, pero sinceramente cuando ya publicas eso, el hecho de que siempre se refiriera a ella como "bebé, bebecito" y cosas así, me mataba. pero es que en sí, las cartas eran realmente ridículas, hablando de cosas absurdas o de tonterías muy grandes; y él, como persona, además era como un tontaina mendigando amor, y eso me exaspera. 

Lo reconozco, es un libro, que realmente no lo es, porque son cartas de el propio escritor, con el que no he conectado para nada. Considero que solo tienen sentido para Ofelia, la destinataria, y el resto sobramos. A mí al menos el romanticismo y los matices que hay en ellas no me han llegado, excepto para exasperarme o hacerme reír, que no es su cometido.