11 de octubre de 2015

Más que una amante

Título: Más que una amante
Autor: Mary Balogh
Tipo: Novela romántica histórica
Sinopsis:
De camino a su trabajo en una sombrerería, Jane Ingleby trata de impedir que los contendientes de un duelo disparen sus armas. Distraído por la interrupción, Jocelyn Dudley, duque de Tresham, resulta herido de bala en una pierna. Tras el altercado, Jane llega tarde a la sombrerería y pierde su trabajo. Desesperada, decide pedirle al duque que le escriba una carta a su jefa en la que justifique su demora, pero, en vez de eso, Jocelyn le ofrece empleo como enfermera durante las tres semanas que durará su convalecencia. Para su sorpresa, Jane no se comporta como una criada, sino como una dama. Después de esas tres maravillosas semanas de convivencia, Jocelyn le pide a Jane que se quede a su lado. Sin embargo, la felicidad de los dos amantes se trunca cuando aparece en escena el conde Durbury, quien tiempo atrás había intentado sin éxito casar a Jane con su hijo.
Comentario:
Este libro me ha dejado un tanto fría. Al principio, con ella como sirvienta y enfermera y él como noble herido, tenía su qué. Él iba a intentar seducirla y ella se iba a resistir. Él se pondría todo pragmático e incluso a veces borde, como demuestra la siguiente escena, con un gran cinismo pero también siendo realista. Y ella sería la parte cándida, pero a veces también la parte fuerte. Pero luego ha ido a lo de siempre: convertirla en su amante. Yo pensaba que ella lo mandaría al fresco y le diría que no, que no se iba a rebajar a eso, y que entonces se terminarían enamorando más aún y tendrían una preciosa boda. Pero no, ella le ha dicho que sí, y ahí para mí ha perdido toda la magia. Nunca entenderé lo de ser “amante” de un hombre en el sentido de recibir un suelo de él como haría una prostituta.

“—Por la mañana nos veremos obligados a castigarnos mutuamente por esto, Jane —le advirtió—. Descubrirás con sorpresa lo diferente que te parecerá entonces lo que ha sucedido. Prohibido. Imposible. E incluso sórdido.
Ella negó con la cabeza.
—Ya lo verás —insistió el duque—. Solo soy un libertino, querida, sin otras pretensiones salvo la de tumbarte en el suelo para disfrutar enterrándome en tu virginal cuerpo. Y tú eres la inocente que lo contempla todo con asombro. Mi sirvienta. Mi empleada. Es imposible. Y sórdido, desde luego. Ahora mismo crees que lo que ha pasado es precioso. Lo veo en tus ojos. Pero no lo es, Jane. Eso es lo que un libertino experimentado consigue que piensen las mujeres. En realidad, no es más que deseo sexual puro y duro. Deseo por lanzarse a una cópula rápida y vigorosa. Vete a la cama. Sola.”

“La experiencia consistía en una energética fricción concentrada en ese lugar donde su cuerpo había acogido su miembro. Sin embargo, la sensación no se localizaba solo ahí, sino que se extendía más allá. Esa era la unión de un hombre y de una mujer, de Jane y de Jocelyn. Un momento de unión, un momento en el que el «yo» y el «tú» dejaban paso a otra entidad no individual, y el individuo se difuminaba y perdía su significado. Un momento en el que la pluralidad se convertía en singularidad.”

Demasiada palabrería supuestamente romántica. Los pronombres, el amarse, no sé qué… o sea, se conocen hace 3 semanas, él le propone ser su amante, y ella acepta por una cuantía mensual, una casa y libertades. Pero se siente mega insultada cuando ve que la habitación es vulgar y que él quiere una serie de normas, no quiere que la trate como “una puta”. ¿Perdona, y qué eres? ¿Qué diferencia hay entre una mujer que cobra por horas en un burdel, y una señora que vive en una casa, con sueldo y criados, a cambio de satisfacer a un hombre? Queda bonito llamarlo amante, pero sigues siendo una puta. Y poner esa relación con esos matices tan monos y toda esa filigrana, me parece una soberana tontería, no sólo le quita la gracia, sino que da risa y no precisamente para bien.

“—Estás enfadado —afirmó ella.
—Porque estás hablando de experiencias estremecedoras y me temo que te he confundido —adujo con voz cortante—. Te pago por ser mi amante. Lo único que he hecho es ponerte a trabajar. Suelo esforzarme mucho para que mis amantes encuentren agradable su trabajo, pero eso es lo que es: trabajo. Acabas de ganarte el salario.”

Así de majo es con ella cada vez que se cabrea. Sinceramente, nadie merece de su pareja que le diga estas cosas. Pagando o sin pagar, me da igual, eso es humillante e hiriente de manera totalmente directa y pensada, y no me gusta. No es romántico, ni justificable, y mucho menos que luego la quiera obligar a casarse como si fuera el peor de los castigos. Es faltar a todo lo que significa querer a alguien. Hemos jodido tanto lo que era el “matrimonio” que ahora casi lo vemos más como una cárcel, un castigo o un papel, en lugar de verlo como algo más metafórico. Y mira que yo no soy precisamente una enamorada de las bodas o los compromisos legales, pero bueno.

Muy justito. El final además es muy precipitado, todo se resuelve y todo es maravilloso y… no lo veo creíble. Se han portado como dos idiotas la mitad del libro, y llega un punto en que ya no hay por dónde cogerlo. Eso sí, el libro está bien escrito y pese a todo, debo reconocer que hay gente que se comporta así. Aprobado raso.

5 comentarios:

  1. Sabes esta escritora y esta tematica me encanta, no lo concia asi que gracias por la reseña, yo tambien tengo un blog por si te pudieses pasar por el, ya te sigo y a partir de ahora nos leemos<:D

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  2. Holaaa!!!
    Me gustó todo lo que dices a pesar de ese final! me lo apuntaré para leerlo en algún momento de mi vida.
    Besos! :D

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  3. Hola!!

    No me atrae. He leído anteriores novelas de la autora, pero como a ti me dejan un poco fría, igualmente seguiré intentando, pero no con esta.

    Besos, nos leemos!!

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  4. No me atrae nada este libro. Asi que descartado.

    Saludos

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  5. ¡Hola guapa! como sabes me gustan este tipo de libros así que no lo descarto, quizá más adelante tenga oportunidad con hacerme con libros de este estilo y la verdad es que llama mi atención y no se el por qué, jeje


    Besos =)

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